Tras la edición de Diver Down, su disco de 1982 y su consiguiente gira, que les llevó hasta bien entrado 1983, Van Halen se convirtió por derecho propio en la banda más grande de Hard Rock del mundo. Sus actuaciones en directo eran espectaculares, ellos eran los más grandes y debían mostrarlo. Su aparición en el mítico US festival el 29 de mayo de 1983, aún se recuerda, primero, por ser el concierto mejor pagado a una sola banda por un único show, se rumorea que el grupo cobró un millón y medio de dólares por el evento y segundo por lo que representó para la propia banda. Fue un bonito colofón a una de las mejores giras habidas y por haber.
Lo que no se esperaba el mundo era que después de aquello, la banda sorprendiera a propios y extraños con su nuevo disco. Nadie se los esperaba, teniendo en cuenta que el grupo, desperdigado por cualquier parte del mundo (Eddie y Alex estaban aburguesados en sus mansiones, Michael en su barco recorriendo el mundo y Dave en el amazonas haciendo el loco) no estaba por la labor de entrar en un estudio.
Hasta donde llegó esta banda es apreciable en el momento en que Frank Sinatra, llamó a Dave y Eddie para que aparecieran en un divertido cameo en el video clip de su canción L.A. is my lady.
Ted Templeman y Donn Landee en labores de productor e ingeniero respectivamente, se hicieron cargo de sonorizar a la banda, al igual que en todos sus anteriores discos. El equipo estaba creado, sólo hacía falta la magia. Y ésta llegó en forma de canciones.
Desde la inicial e instrumental 1984, que en su versión demo duraba más de veinte minutos, hasta la final y conocida House of pain, encontramos el equilibrio perfecto en los temas. El conjunto de los mismos sublime. No es extraño que éste y su primer disco, casualmente los discos que abrieron y cerraron un ciclo en la historia de la banda, hayan sido los únicos que pasasen de las diez millones de copias.
El sexto y último disco de la banda les llevó a lo más alto en su carrera, al menos hasta aquel momento, todo el mundo sabe que los discos junto a Sammy Hagar, nuestro Red Rocker favorito, siempre vendieron más que los grabados con David Lee Roth, pero aún no siendo malos, hay alguno excelente, los fans siempre pensamos que Dave era mejor.
La banda al completo se instaló en el recientemente inaugurado estudio de Eddie Van Halen en su propia casa, llamado 5150 (casualmente el nombre de su siguiente álbum, con Hagar a las voces), para grabar nueve canciones, de las cuales, una de ellas se llevó la fama y llegó a número uno: Jump. Un tema que en palabras del propio Dave: Jump en realidad es una actitud, una forma de ser, nunca quise utilizarlo como un verbo.
Parte del público y la mayoría de los críticos, no entendieron como un héroe de la guitarra, como era y es Eddie, relegase el sonido de ese instrumento en pos de unos sintetizadores.
Pero ese riff de teclado inicial levanta hasta un muerto. No creo que hayan muchos más en el mundo con tanta fama. Ahora mismo sólo se me ocurre The final countdown de Europe. Mucho se ha hablado sobre si este disco esta más orientado hacía el sonido sintetizado dejando de lado el sonido guitarrero de la banda. Bien es cierto que aunque el grupo había utilizado sonidos sintetizados anteriormente, como en Dance the night away y and the cradle will rock, pero nunca antes había estado tan presente.
Pero ahí tenemos el número uno en la lista del Billboard, para callar a los escépticos. Van Halen, como banda, fue más allá, abrió sus miras, apostó y ganó.
Dicen que las letras del disco las escribió David Lee Roth mientras uno de sus roadies conducía su Mercury del 51 descapotable por las calles de Hollywood.
Del famoso tema se filmó un video clip, aunque estaría mejor decir, que David Lee Roth dirigió, pensó, guionizó, actuó y grabó susodicho video. Con un gasto de 500 dólares la banda filmó en un estudio el video. Existen unas divertidas tomas a modo de making off donde podemos ver un poco el proceso de grabación. Resulta anecdótico que una banda como Van Halen, en el vértice más alto de la pirámide, en cuanto a fama y dinero se refiere, sólo invirtiera 500 dólares en la realización del video clip. Lo que no resulta extraño es la fama que obtuvo. Desde esa descomunal batería con cuatro bombos que llevaba Alex Van Halen, pasando por el bajo en forma de botella de Jack Daniels de Michael Anthony, hasta la forma de tocar la guitarra y los teclados de Eddie, no olvidemos que su formación musical se inició con el piano de forma clásica, para acabar con la extravagancia, la chulería, el desenfado y el espectáculo de David Lee Roth, todo en él entraba a primera vista.
Panama en la cara A y Drop dead legs en la B, fue el segundo single editado, el primero lógicamente había sido Jump/House of pain, que vendió tres millones de copias. El nuevo single llegó hasta el puesto 13 de la lista del Billboard, pero se encaramó hasta el tercer puesto en las listas de Mainstream rock.
El tema es clásico Van Halen, solos endiablados, ritmos potentes y un David Lee roth en estado de gracia. La anécdota del tema la encontramos incluso a mitad de canción, justo cuando ésta baja de intensidad y David Lee Roth recita a modo de rapeado. Ahí suena el Lamborghini de Eddie rugiendo como un león.
En un abrir y cerrar de ojos los sintetizadores habían pasado a otro plano, nadie se acuerda de ellos cuando suena Panama.
La divertida Top Jimmy resultó ser un tributo a James Paul Koncek de la banda Top Jimmy & The Rhythm Pigs. Desenfadada, con una sonoridad abierta, encontramos a un David casi recitando la letra. Algo que siempre hizo, por suerte, y se convirtió en un signo de identidad propia, como podría ser el tapping a Eddie.
Mucho se ha hablado del trabajo de Eddie en las guitarras o en los teclados, pero personalmente, siempre me gustó el sonido de batería que consiguió en este disco Alex Van Halen, además de su tremendo trabajo tras los parches.
Aún teniendo un sonido bastante definido, es un batería muy versátil. Lo demuestra con creces en el último tema de la cara A del disco: Drop dead legs.
Desde ese inicio con el sonido de baquetas y cencerros, hasta ese final fade out con los platos.
Pero es en el primer tema de la segunda cara donde encontramos a Alex en su salsa. El comienzo de Hot for the teacher con ese bombo y el solo de Eddie inicial que da paso al tema al completo es mágico. De nuevo nos encontramos a un Dave hablando, como si nos explicase a nosotros mismos la canción.
Aunque más clásico si cabe es el video clip que se realizó de este tema. Con el mítico niño Waldo yendo a la escuela en un trasporte escolar conducido por el propio Dave. Años después, el Dios de la guitarra Steve Vai le rindió tributo en uno de sus video clips y no hace ni unos meses que el propio Sammy Hagar junto a Michael Anthony le hicieron un pequeño guiño en su nuevo video clip para el álbum del Red Rocker. Eso da una idea de hasta donde llegó la influencia de este tema.
¿Quién no tuvo alguna vez sueños eróticos con alguna de sus profesoras de instituto? Y como nos gusta ser malos, ser malos, demasiado malos con la profesora caliente...
Oír a Dave gritar que rompió su lápiz resulta demasiado erótico aún hoy día. O ese juego de platillos de Alex mientras su hermano funde su guitarra con un memorable solo.
Pero al igual que la calma llega siempre tras la tormenta, aquí no podría ser de otra manera. Los sintetizadores cobran protagonismo en I’ll wait/Girl gone bad, segundo tema de la cara B y tercer single del disco, nos muestra de nuevo a la banda en sus mejores tiempos. Un Alex inconmensurable, un Eddie imaginativo, un Dave sibilante y un Michael dando el contrapunto con esos famosos coros.
Girls gone bad nos lleva hacia el final del disco, poco más de 30 minutos satisfactoriamente aprovechados. Deberíamos esperar hasta el año 1986, cuando David Lee Roth editó su primer larga duración en solitario, Eat em and smile, para encontrar otros treinta minutos tan bien aprovechados.
De nuevo un tema con un gran trabajo por parte de Alex tras la batería, arropado perfectamente por un Michael pletórico y en estado de gracia como el resto de la banda.
House of pain cierra el disco. Un tema que ya lo había grabado la banda en las famosas sesiones pagadas por Gene Simmons de Kiss en los Electric Ladyland Studios de Nueva York en el año 76 y aunque aquella vieja versión era mucho más cruda en cuanto al tratamiento de guitarras se refiere, y aparecía el propio Simmons al final de cada estribillo con su voz de Dios del trueno, me es bastante difícil personalmente decidirme por una de ellas como mi favorita.
Cabe destacar como anécdota final, que en el Reino Unido el disco se censuró. La portada con el niño/ángel fumando, que bien podría haber sido el propio David de pequeño, no era políticamente correcta para la sociedad británica.
Seguramente los astros se alinearon una vez más para ofrecernos un álbum de una calidad excelente, con los cuatro miembros del grupo tocados por una varita mágica y unos temas imperecederos que aún a día de hoy siguen estando presentes en la vida de infinidad de fans de la música, así como de nuevos grupos.
Tras la edición del disco, la banda salió a la carretera en una gira mundial que dio comienzo el 18 de enero de 1984 y acabó, literalmente el 2 de septiembre de ese mismo año. Alemania vio el último concierto de la primera etapa de David al frente de la banda. La era Roth como bien se conoce entre los fans.
Para el recuerdo queda la aparición de la banda en el famoso festival de Donington que se celebró el día 18 de agosto, junto a bandas de la talla de AC/DC, tan de moda en estos días por la publicación de su nuevo disco y sus conciertos en este país y en medio mundo todos ellos sold out, Motley Crue, Ozzy Osbourne o Accept.
Pero como todo lo bueno se acaba, esto no iba ha ser una excepción. El año 1985 nacía con la noticia de que David, tras diez años junto a sus compañeros, seis discos en estudio con ventas millonarias y conciertos monumentales, lo que se conoce hoy día con el nombre de Stadium Rock, dejaba la banda para centrarse en su carrera en solitario, que aunque tardó un año más en ver su primer larga duración editado, si pudimos disfrutar ese mismo año 85 con el mini lp de versiones Crazy from the heat, que debería haber sido la banda sonora de una película de mismo título que jamás se rodó.
Pero eso es ya, otra historia, que algún día retomaré.
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