Si hubo un tiempo en que el death metal pudo haber dado el salto hacia una música más elaborada, si hubo una formación que podía haber abanderado el movimiento de una música extrema de vanguardia, ese tiempo y esa banda fueron finales de los años ochenta y Atheist.
En Florida, en aquellos años, la cosa estaba más que clara en cuanto a death metal se refiere. Había cuatro o cinco formaciones que, a imagen de lo ocurrido unos años antes en la Bay Area con los grandes del Trhash (Megadeth, Metallica, Testament y otros), formaron una oligarquía de grupos contra los que pocos fans y críticos se atrevían a arremeter: eran los tiempos gloriosos de Morbid Angel, Deicie o Obituary, por nombrar a las más representativas y sin ánimo exhaustivo.
Todos esos grupos amasaron una gloria y una fama que los hacía intocables; y ciertamente eran formaciones de mérito; pero ese ensalzamiento de sus virtudes tuvo, a mi parecer, un efecto negativo en la evolución de la música extrema a ambos lados del Atlántico.
Atemorizados por la sombra de esos gigantes, todos los chavales que surgieron a rebufo de la explosión death metal de Florida en los últimos ochenta, apenas se limitaron a copiar unas estructuras que se han mantenido de modo inalterable hasta hoy, y eso que ya ha pasado tiempo.
Pues bien; en toda aquella vorágine de autocomplacencia, hubo una formación, hoy casi del todo olvidada, que supo establecer un estilo propio y hasta abrir un camino dentro de la música extrema que, si exceptuamos algún caso aislado como Cynic, nadie ha seguido después de ellos.
Esa formación, ya lo hemos dicho, fueron los americanos Atheist, un grupo de corta vida que apenas tuvo tiempo de publicar tres discos que hoy podemos considerar piedras angulares del death metal heterodoxo. De los tres, que ahora reedita Relapse, nos inclinamos por comentar “Piece of Time”, uno de esos discos que podríamos comparar, por su importancia musical (más que por sus influencias posteriores), a tremendas joyas como “Master of Puppets” o “Reign in Blood”.
“Piece of time” es un disco que engloba influencias de lo más dispar: desde el death metal clásico hasta estructuras jazz, todo cabe en la música de esta tremenda formación que llegó a repercutir en gente tan destacada como la leyenda Death.
El disco ha sido reeditado con extras, libreto, portada preciosa y remasterización a la altura de las circunstancias. No dejéis escapar esta oportunidad de conocer a una formación que escribió historia sin formar parte de ella.
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