El pasado 18 de enero del 2013 salio por fin el disco “Straight Out Of Hell” de Helloween, Notable, pero no sobresaliente. Creo que la mayoría estaremos de acuerdo en que HELLOWEEN llevan añoscurrándoselo (experimentos aparte), pero sin llegar a colmar las expectativas. Los últimos discos han valido para demostrar que siguen al pie del cañón, y este “Straight Out to Hell” es otro capítulo más de un grupo que musicalmente se resiste a envejecer.
Tengo la misma sensación con el nuevo lanzamiento que tenía con el anterior “7 Sinners”: Esto es HELLOWEEN, es lo que podemos esperar de ellos, no renuncian a su identidad y encima buscan un sonido más contundente, pero han perdido parte de la frescura de los noventa, que a mi entender, les llegó ya mermada hasta el “Better tan Raw”. Esto lo notamos todos.
Quizás sean los cambios de formación lo que han dañado la estabilidad creativa, pero esto es solo si lo miramos a largo plazo. La formación actual acaba de parir su tercer disco de estudio y en este caso, si que se nota algo más de estabilidad.
Nada más que arrancamos con “Nabataea” nuestras expectativas crecen. Esto es lo que esperamos, y es lo que obtenemos. Las guitarras suenan frescas y duras a la vez, pero en especial llama la atención el tono vocal de Andi Deris. Si ya en “7 Sinners” llevó su voz a un tono más agresivo de lo habitual, en este disco aprieta un poco más. Sigue siendo su inconfundible tono personal, pero soltado con bastante más mala leche de lo que podríamos esperar. Y la verdad es que solo este detalle aporta muchas dosis de frescura al disco.
Tras un pasable “World of War” definido por unos riffs graves poco habituales en los germanos, y un estribillo aceptable pero más que típico, pasamos a dos temas que vuelven a ser seña de identidad del disco: “Live Now!” y “Far From the Stars”. En dos escuchas nos haremos fácilmente a ellos, y pese a la variedad de elementos, no dejaremos de reconocer el sello “HELLOWEEN” en ellos.
Y lo bueno es que este disco no tiene tres canciones… y luego el resto de relleno. A partir de la mitad del disco llegan incluso los mejores temas. “Burning Sun” es de lo que más puede llamar la atención. Agresivo, caliente y con Andi dejándose la garganta. Y lo mejor es que pese al tono más rudo de las melodías y voces, siguen conservando su toque “happy” que siempre los define y los definirá. “Waiting for the Thunder” es otro de los que entra fácil (y por ello corre el peligro se empalagar), con el teclado que tan bien funcionó con el “If I Could Fly”, y la balada “Hold Me In Your Arms” se antoja notable en la primera escucha, de corte clásico, pero que tampoco crece demasiado en posteriores escuchas. Como decía al inicio de la crónica, a estas alturas ya pensamos en un disco notable, pero no sobresaliente.
“Wanna Be God” se antoja tema de directo. Daniel Löeble arranca protagonista con los timbales a lo Hard Rock ochentero en directo, con miles de personas llenando un estadio (sonido de público incluido). Curioso cuanto menos, sobre todo tras el arranque guitarrero a lo QUEEN del final. Llegamos así al tema homónimo y sin duda, de lo mejor del disco. Eso sí, hay que darle un par de escuchas antes de valorarlo por completo. “Straight to Hell” te levanta con los coros del estribillo como lo hacían los buenos temas de los HELLOWEEN de los noventa. Y encima, no es un tema que canse a la segunda escucha, sino que crece con cada oportunidad.
Vamos llegando a la parte final del disco, y tenemos una extraña sensación de exceso de temas. 15 cortes son muchos y se llega a hacer pesado. No es que haya canciones claras de relleno, pero… ¿dónde quedaron esos discos de 8 o 9 canciones de los ochenta?, y sobre todo… ¡de menos de una hora de duración!
Llegamos a una pequeña sorpresa: “Asshole”. Creo que viendo la portada del disco (de todo menos “happy”) y el título de este tema, podemos hacernos a la idea del rumbo seguido. Tema pesado, muy contundente y con riffs mucho más heavies de lo que nos tienen acostumbrados. Deja buen sabor de boca. Pasan “Years” y “Make Fire Catch The Fly” dejando buenos detalles, pero que como decía, a estas alturas se vuelve un poco pesada la duración del disco, y no se deja disfrutar lo que debería. Cierra “Church Breaks Down”, un tema más épico y con una buena composición, mucho más speed-metal que el resto del disco y que finiquita el disco dejando muy buenas sensaciones en lo musical, demostrando estos señores que nadie les va a enterrar, que les queda cuerda para rato y que aquí están ellos para demostrarlo a golpe de riffs y de melodía.
Lo dicho: un disco notable, contundente como ningún otro en su discografía, un paso adelante en su sonido y todo sin abandonar su sello distintivo. HELLOWEEN están de vuelta –bueno, nunca se han ido-, y sus fans están de enhorabuena… pero vuelvo a lo mismo: le falta el brillo necesario para decir: “¡Joder, es un discazo!”.
Tracklist:
1.Nabataea
2.World Of War
3.Live Now!
4.Far From The Stars
5.Burning Sun
6.Waiting For The Thunder
7.Hold Me In Your Arms
8.Wanna Be God
9.Straight Out Of Hell
10.Asshole
11.Years
12.Make Fire Catch The Fly
13.Church Breaks Down
- Andi Deris: Voces
- Michael Weikath: Guitarras
- Markus Grosskopf: Bajo
- Sascha Gerstner: Guitarras
- Daniel Löeble: Batería.
Tengo la misma sensación con el nuevo lanzamiento que tenía con el anterior “7 Sinners”: Esto es HELLOWEEN, es lo que podemos esperar de ellos, no renuncian a su identidad y encima buscan un sonido más contundente, pero han perdido parte de la frescura de los noventa, que a mi entender, les llegó ya mermada hasta el “Better tan Raw”. Esto lo notamos todos.
Quizás sean los cambios de formación lo que han dañado la estabilidad creativa, pero esto es solo si lo miramos a largo plazo. La formación actual acaba de parir su tercer disco de estudio y en este caso, si que se nota algo más de estabilidad.
Nada más que arrancamos con “Nabataea” nuestras expectativas crecen. Esto es lo que esperamos, y es lo que obtenemos. Las guitarras suenan frescas y duras a la vez, pero en especial llama la atención el tono vocal de Andi Deris. Si ya en “7 Sinners” llevó su voz a un tono más agresivo de lo habitual, en este disco aprieta un poco más. Sigue siendo su inconfundible tono personal, pero soltado con bastante más mala leche de lo que podríamos esperar. Y la verdad es que solo este detalle aporta muchas dosis de frescura al disco.
Tras un pasable “World of War” definido por unos riffs graves poco habituales en los germanos, y un estribillo aceptable pero más que típico, pasamos a dos temas que vuelven a ser seña de identidad del disco: “Live Now!” y “Far From the Stars”. En dos escuchas nos haremos fácilmente a ellos, y pese a la variedad de elementos, no dejaremos de reconocer el sello “HELLOWEEN” en ellos.
Y lo bueno es que este disco no tiene tres canciones… y luego el resto de relleno. A partir de la mitad del disco llegan incluso los mejores temas. “Burning Sun” es de lo que más puede llamar la atención. Agresivo, caliente y con Andi dejándose la garganta. Y lo mejor es que pese al tono más rudo de las melodías y voces, siguen conservando su toque “happy” que siempre los define y los definirá. “Waiting for the Thunder” es otro de los que entra fácil (y por ello corre el peligro se empalagar), con el teclado que tan bien funcionó con el “If I Could Fly”, y la balada “Hold Me In Your Arms” se antoja notable en la primera escucha, de corte clásico, pero que tampoco crece demasiado en posteriores escuchas. Como decía al inicio de la crónica, a estas alturas ya pensamos en un disco notable, pero no sobresaliente.
“Wanna Be God” se antoja tema de directo. Daniel Löeble arranca protagonista con los timbales a lo Hard Rock ochentero en directo, con miles de personas llenando un estadio (sonido de público incluido). Curioso cuanto menos, sobre todo tras el arranque guitarrero a lo QUEEN del final. Llegamos así al tema homónimo y sin duda, de lo mejor del disco. Eso sí, hay que darle un par de escuchas antes de valorarlo por completo. “Straight to Hell” te levanta con los coros del estribillo como lo hacían los buenos temas de los HELLOWEEN de los noventa. Y encima, no es un tema que canse a la segunda escucha, sino que crece con cada oportunidad.
Vamos llegando a la parte final del disco, y tenemos una extraña sensación de exceso de temas. 15 cortes son muchos y se llega a hacer pesado. No es que haya canciones claras de relleno, pero… ¿dónde quedaron esos discos de 8 o 9 canciones de los ochenta?, y sobre todo… ¡de menos de una hora de duración!
Llegamos a una pequeña sorpresa: “Asshole”. Creo que viendo la portada del disco (de todo menos “happy”) y el título de este tema, podemos hacernos a la idea del rumbo seguido. Tema pesado, muy contundente y con riffs mucho más heavies de lo que nos tienen acostumbrados. Deja buen sabor de boca. Pasan “Years” y “Make Fire Catch The Fly” dejando buenos detalles, pero que como decía, a estas alturas se vuelve un poco pesada la duración del disco, y no se deja disfrutar lo que debería. Cierra “Church Breaks Down”, un tema más épico y con una buena composición, mucho más speed-metal que el resto del disco y que finiquita el disco dejando muy buenas sensaciones en lo musical, demostrando estos señores que nadie les va a enterrar, que les queda cuerda para rato y que aquí están ellos para demostrarlo a golpe de riffs y de melodía.
Lo dicho: un disco notable, contundente como ningún otro en su discografía, un paso adelante en su sonido y todo sin abandonar su sello distintivo. HELLOWEEN están de vuelta –bueno, nunca se han ido-, y sus fans están de enhorabuena… pero vuelvo a lo mismo: le falta el brillo necesario para decir: “¡Joder, es un discazo!”.
Tracklist:
1.Nabataea
2.World Of War
3.Live Now!
4.Far From The Stars
5.Burning Sun
6.Waiting For The Thunder
7.Hold Me In Your Arms
8.Wanna Be God
9.Straight Out Of Hell
10.Asshole
11.Years
12.Make Fire Catch The Fly
13.Church Breaks Down
- Andi Deris: Voces
- Michael Weikath: Guitarras
- Markus Grosskopf: Bajo
- Sascha Gerstner: Guitarras
- Daniel Löeble: Batería.
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